Un Boeing 727 de la compañía inglesa Dan Air, procedente de Manchester, se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife. Eras las 15.40 horas del 23 de abril de 1980, la climatología era buena y la visibilidad también. La mayoría de los pasajeros eran ciudadanos de la zona de Manchester, algunos venían a España a pasar unas vacaciones que les había pagado la empresa.
A 20 km de la pista de aterrizaje y después de que el comandante diera el "conforme" a la torre de control y hubiera iniciado la maniobra de aproximación al aeropuerto, de repente, el avión cayó en una zona boscosa, el el monte de la Esperanza, un lugar totalmente despoblado y cubierto de árboles.
Hubo un error de navegación de la tripulación del avión, los pilotos ingleses no comprendieron las instrucciones del controlador español. El comandante no tuvo en cuenta la altitud a la que estaba volando y no mantuvo la correcta distancia de seguridad sobre el terreno, además, realizó una maniobra de aproximamiento sin tenerla demasiado definida, no hubo una labor de equipo entre los dos pilotos de la aeronave y la desorientación del comandante, todos estos fueron factores que contribuyeron al trágico final del avión. El comandante no siguió una ruta correcta de aproximación porque no entendió las ordenes de la torre de control, tampoco preguntó ni solicitó aclaración alguna.
No hubo supervivientes, a las 23.00 de ese mismo día, la autoridad competente anunció que ninguno de los 139 pasajeros (viajaban 3 niños), ni de los 7 tripulantes había sobrevivido. Un total de 146 personas murieron en este accidente
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Yo tenia 6 años y recuerdo que mi padre y mi abuelo fueron al monte a colaborar con las tareas de recuperacion. Nosotros permaneciamos dentro del coche en un camino tras el descampado donde estaba la aeronave, jamas olvidare aquel olor. Como niños que eramos salimos del coche y miramos entre la maleza y se veian ropas y bueno se veia de todo.
ResponderEliminarPero lo que mas me choco fue aquel olor y la ropa de mi padre cuando volvio ya de noche al coche, mi madre no la quizo ni lavar, fue directamente a la basura, estoy convencida de que aquel olor no hubiera salido ni con lejia. En aquellos entonces no se usaban guantes ni mascarillas ni nada, el gobierno pidio en radio la colaboracion de la isla.
Hola anónimo, gracias por poner tus recuerdos de aquel día. Todas las personas que han sido testigo de accidentes aéreos o de bombas, dicen que lo peor es el olor, un olor horroroso que nunca se olvida.
ResponderEliminarUn saludo