La aeronave pasa por encima del aeropuerto de Bilbao, entra por el Mar Cantábrico y se prepara para comenzar la maniobra de aterrizaje. La climatología era buena, el viento estaba en calma y la visibilidad era de 4 km. A las 9.27 de la mañana, la rueda delantera del tren de aterrizaje del avión, chocó contra las antenas de Euskal Televisa, situada en el Monte Oiz. El avión llevaba 57 segundos volando por debajo de la altitud establecida para la maniobra que estaba realizando.
El avión siguió rozando el Monte Oiz, lleno de pinos, perdió el ala izquierda y termina cayendo en una vaguada al final de la ladera, en el barranco de Iru Eureka, a 930 metros de donde se produjo el primer impacto, donde estaban las antenas. Una gran explosión puso fin al vuelo 610 de Iberia.
No hubo supervivientes, 148 personas perdieron la vida. En el avión había 141 pasajeros y 7 miembros de la tripulación.
La causa del accidente fue que la tripulación no realizó correctamente las comprobaciones de altitud o sus lecturas fueron erróneas. Ignoraron los avisos y volaron por debajo de la altitud de seguridad.
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